El dinero no es todo.
Podrá comprar una
cama, pero no el
sueño.
Podrá comprar un
reloj, pero no el
tiempo.
Podrá comprar un
libro, pero no la
inteligencia.
Podrá comprar una
risa, pero no el
silencio.
Podrá comprar la
medicina, pero no la
salud.
Podrá comprar la
sangre, pero no una
vida.
Podrá comprar a un
esclavo, pero no su
sueño de ser libre.
Podrá comprar un
placer, pero no un
sentimiento.
Podrá comprar una
foto, pero no un
recuerdo.
Podrá comprar una
compañía, pero no un
amigo.
Podrá comprar el
sexo, pero no el
amor.
Podrá comprar lo que quiera, pero no lo que realmente lo hace feliz.